top of page

¿Con cuánto derecho te sientes de existir? La autoafirmación y la importancia de su ejercicio


¿Tienes derecho a existir?


La pregunta a simple vista parece simple y la respuesta, para mucho fácil. ¡Sí, tengo derecho a existir! Es la respuesta que escucho con mayor frecuencia. Lo interesante aquí, ¿por qué si nos sentimos con derecho a existir, no ejercemos ese derecho? La cuestión es que a veces no tenemos ni idea de cómo podemos ejercerlo.


La autoafirmación, en palabras de Natahaniel Branden, es "la capacidad con la que yo cuento para respetar mis deseos, mis necesidades y mis valores y buscar su forma de expresión adecuada en la realidad". Esto quiere decir que respeto el contexto en el que me encuentro, lo tomo en cuenta, y de acuerdo a este, me expreso de forma asertiva y genuina, respetándome y sobre todo, dándome mi lugar.


La autoafirmación va muy de la mano con la autenticidad, que en palabras muy sencillas podría definirse como "ser la misma persona siempre, aún cuando nadie esté mirando". Si bien no siempre podemos mostrarnos tal cual somos, porque no siempre sentiremos el mismo grado de confianza, y omitiremos aspectos de nuestra personalidad, podemos notar que dejamos de ser auténticos en cuando nos convertimos en alguien más, principalmente por el deseo de querer agradar a otros.


La autoafirmación es un pilar fundamental de la autoestima, porque yo como ser humano a lo largo de mi vida voy formando opiniones, voy teniendo anhelos, sueños, necesidades y rijo mi vida de acuerdo a ciertos valores que he adoptado. La autoafirmación es la capacidad con la que yo cuento para expresarlos y vivir de acuerdo a ellos, no a veces, no con algunas personas y no en algunos contextos, sino todo el tiempo haciendo caso a mi brújula interior y manteniéndome fiel a mí mismo.


Los seres humanos tenemos una inmensa necesidad de sentirnos aceptados porque eso nos brinda un sentido de pertenencia. Muchas veces en busca de la satisfacción de esa necesidad traicionamos la voz interior de nuestra consciencia; diciendo cosas que no creemos o con las cuáles no estamos de acuerdo al igual que haciendo cosas que no queremos o con las cuales no comulgamos. Simplemente por quedar bien con alguien más y en el fondo…ser queridos.


Si bien, nuestra necesidad de pertenencia es real, ya que estamos diseñados como especie para vivir en comunidad, hemos aprendido a buscar a toda costa satisfacer esta necesidad, pasando incluso por nosotros mismos. Poco se nos ha enseñado a mantenernos fieles y leales a nosotros en pro de conocernos, saber quiénes somos y buscar un grupo de referencia que sea a fin a nuestros ideales y valores, en vez de hacerlo al revés: creyendo que tengo que ser alguien en particular para poder encajar y no perder mi sentido de conexión con la sociedad o con los demás.


Buscamos el amor y la estima fuera, sin darnos cuenta que este tipo de comportamientos merman de forma muy profunda en el sentido de mí mismo y la forma en la que me veo y me percibo. Porque siempre hay alguien de quien no podemos escapar... y es de nosotros mismos. Lo que poco o nada se nos enseña es que más que buscar la validación de los demás, realmente estamos buscando la propia sin darnos cuenta. En un mundo plagado del ruido de los medio y de estándares de comportamiento y apariencia que "debemos" seguir, se vuelve difícil escuchar la voz de nuestra verdadera esencia y mantenernos valientes para defenderla.


Si yo tengo derecho a existir, entonces también es mi derecho e incluso mi obligación conmigo mismo el expresarme y actuar conforme a mis creencias y valores, sin adaptarme a los demás solo para encajar. Y si bien es válido cuestionar nuestras creencias, indagar en nuestros valores y cambiarlos y adoptar nuevos, es importante tener presente que eso sea en favor de conectar con una más alta y sabia versión de mi y no simplemente por poder ser parte de un grupo en particular.


Cuando ejerzo la autoafirmación no temo al conflicto, no temo el no quedar bien con alguien, no hago las cosas por agradar a alguien o porque tenga una cierta opinión sobre mí. En la autoafirmación yo me doy a respetar. Digo lo que pienso sin importarme lo que la otra persona puede pensar sobre mí, porque para mí se vuelve más importante mi expresión que la opinión ajena. Cuando no ejerzo mi autoafirmación, me anulo.


Y de forma concreta, ejercer la autoafirmación significa:


  • Que si tengo dudas, las expreso sin temor. Pregunto y no me quedo callado por temor a que piensen que soy "tonto".

  • Tomar mis propias decisiones aunque vayan en contra de las de los demás.

  • Formar mis propias opiniones y no simplemente reciclar las de los demás.

  • Ser valiente para defender aquello en lo que creo.

  • Decir SI cuando realmente quiero decir SI y decir NO cuando realmente quiero decir NO.

  • Ser capaz de marcar límites y de hacerlos respetar.

  • Vivir de acuerdo a mis valores, aunque no concuerden con los de los demás.

  • Vivir para mí y no para satisfacer las expectativas que los demás puedan tener sobre mí.

  • Luchar por lo que quiero sin importar si los demás piensan que mis objetivos, metas o sueños no tienen sentido o son imposibles de conseguir.

  • Ser un activo constructor de mi vida y no un simple espectador.

  • Hacer frente a los retos con la confianza de que cuento con la capacidad de resolverlos, en vez de huirles o esperar a que "se resuelvan solos" o alguien venga a resolverlos.

  • Ser yo mismo y ser capaz de entender que mientras me tenga a mí mismo nada más me puede faltar.

  • Reconocer mis opiniones, ideas, necesidades y anhelos como igual de importantes que los de los demás.

  • Darme mi lugar, respetarme y mantenerme fiel a mí.



En resumen la autoafirmación es ser YO y expresarme sin temor al qué dirán. Ser por y para mí, sin olvidar mi contexto, sin olvidar mi realidad y expresándome asertivamente. La autoafirmación no es egoísmo insensato, sino egoísmo inteligente, comprendiendo que lo que yo no me dé a mi mismo, nadie más me lo dará. Comprendiendo que necesito cuidarme a mí, para poder brindar lo mejor a los demás.


Ejercer nuestra autoafirmación es respaldarnos y estar de nuestro lado. Porque a veces no es tanto que nos lastime lo que sucede o lo que "nos sucede", sino nuestra incapacidad para expresar lo que pensamos y sentimos respecto a eso.


Algunas acciones concretas que puedes empezar a tomar para ejercer tu derecho a existir son:

  • Hablar y decir lo que sientas necesidad, y no guardar silencio por "prudencia" o por "educación.

  • Si alguien te pregunta a dónde quieres ir, responder con un lugar concreto en vez de responder "a dónde quieras".

  • Preguntar cuando tengas alguna duda.

  • Dar tu opinión y no omitirla por pensar que "no es importante".

  • Vestirte como te gusta.


Conocer o comprender no es igual a "hacer". La autoafirmación más que experimentarse, se hace. Y la invitación es a conectar con nuestra verdadera esencia, no ocultarla, no suprimirla, sino dejarla expresarse libremente, aceptarla, respaldarla y amarla a través de ejercer nuestra autoafirmación.





2 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo