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Metas desde el SER vs. Metas desde el tener


Se acerca el final del año y con ello, los pensamientos acerca de los propósitos que nos planteamos para este año y quizá, mas aún, sobre aquellos que deseamos plantearnos para el año entrante.


Normalmente lo que hacemos es pensar en todo aquello que nos gustaría "conseguir" para el año entrante. Probablemente pongamos esto por escrito en alguna libretita o simplemente nos hagamos una nota mental acerca de aquello que nos gustaría alcanzar el año entrante.


Esto que queremos "alcanzar" pueden ser cosas materiales o físicas como: un nuevo auto, una nueva vivienda, un viaje, una pareja, un nuevo puesto de trabajo...etc. Para cada quien puede ser diferente. Lo que muchas veces no nos preguntamos es para qué queremos esto y qué es lo que aportará a nuestras existencias.


Todo aquello que anhelamos, lo deseamos por aquello que creemos que nos hará sentir. Es decir que detrás de nuestros deseos, se encuentra el anhelo de experimentar ciertas emociones o sensaciones. Creemos que el maquillaje nos hará sentir más bellas, más sexys, más atractivas, más jóvenes, más adultas, etc. No queremos el maquillaje por sí mismo, sino por aquello que creemos que obtendremos tras usarlo. Muchas veces no queremos mas ropa simplemente para cubrir nuestro cuerpo, sino para sentirnos bien con nuestra imagen, para atraer más miradas, para sentirnos elegantes, etc.


Así que antes de que te sientes a pensar en aquello que deseas alcanzar para el siguiente año, quisiera proponerte tres cosas: La primera, que analices qué es lo que hay detrás de aquello que deseas lograr o tener. Para eso, puedes preguntarte ¿qué es lo que te aportará conseguir esto? ¿Cómo imaginas que vas a sentirte? ¿Para qué quieres conseguir esto? ¿Hay quizá alguien a quien deseas impresionar a través del cumplimiento de este propósito o es algo que haces por ti mismo?


Segundo, hecho lo anterior, ahora que ya has descubierto cuáles son las verdaderas intenciones escondidas detrás de aquel propósito, quisiera que te preguntaras, ¿este propósito que me estoy planteando es la única forma de lograr experimentar estas emociones o sensaciones o hay quizá otra forma de lograrlo?


Por último, comenzar a fijar tus objetivos o propósitos, desde una perspectiva nueva y diferente: desde el SER. Los seres humanos, particularmente en la cultura que el mundo nos presenta ahora, vivimos obsesionados con tener mas. Pareciera que a veces creemos que nada es suficiente y buscamos a toda costa tener más, pensando que eso nos traerá la experimentación de emociones placenteras que tanto anhelamos. Sin embargo, poco nos damos cuenta que mientras basemos nuestra felicidad o bienestar en nuestras posesiones permaneceremos prisioneros a las mismas. Es decir, si yo creo que mis posesiones me hacen quién soy, entonces, ¿qué pasa si las pierdo? Eso explica por qué muchos de nosotros tenemos tanto apego hacia nuestras cosas.


En esta vida lo único seguro es el cambio. Por más que nos guste que a veces las cosas se queden como están, esto es básicamente imposible. Todo es impermanente en esta vida. Siendo conscientes de esto, tenemos dos opciones: que el cambio simplemente nos suceda, tal como una ola llega y te revuelca en el mar, o aprovechar el cambio para nuestro beneficio, subirnos a la ola y aprovechar su fuerza para impulsarnos hacia adelante. A esto es a lo que yo llamo, convertirnos en la siguiente mejor versión de nosotros mismos. Si el cambio es inevitable, ¿por qué no simplemente abrazarlo y aprovecharlo en nuestro beneficio? Es común escuchar o leer invitaciones a ser la mejor versión de nosotros mismos. La realidad es que, escuchar o leer esto de pronto me causa conflicto, por que pienso que la mejor versión de mí será aquella que sea en el momento de mi muerte. de pronto pienso que no hay una "mejor versión de mi" sino la mejor versión que puedo llegar a ser en este momento. Pensémoslo así: nuestros celulares, tabletas o computadoras de cuando en cuando nos mandan notificaciones que nos indican que es necesario actualizar el sistema. Esto con la finalidad de que el sistema operativo de nuestros dispositivos pueda funcionar mejor y adaptarse a los cambios o nuevas demandas que el mundo presenta. Si no actualizamos, nuestro sistema se vuelve lento y tarde o temprano, disfuncional e inútil. Si actualizamos, eso no quiere decir que tenemos la mejor versión, sino que tenemos la última y más avanzada del momento, pero eventualmente habrá que volver a actualizar.


Lo mismo sucede con nosotros mismos. Los seres humanos contamos con esta máquina maravillosa y perfecta que es nuestra menta, y dentro de ella se almacenan infinidad de creencias, paradigmas, ideales, etc. que muchas veces permanecen ocultos a la luz. Hacer una actualización de nuestro software interno, incluye alumbrar y desempolvar aquello que está ahí de lo cual muchas veces no somos conscientes y determinar si nos sigue siendo o no de utilidad: pensamientos, historias, creencias, paradigmas, etc.


Es por eso, que hoy quiero invitarte a reflexionar sobre los propósitos que quizá estés comenzando a plantearte para el siguiente año y a que en lugar de plantearlos de la forma tradicional, en donde simplemente decides que quieres algo más, haces el análisis de lo que realmente deseas lograr a través de eso y que tus propósitos para este año nuevo vayan en función del SER.


Quisiera darte algunos ejemplos para que mi invitación sea clara.

Normalmente decimos algo así como: "Quiero tener un cuerpazo para este 2022". Aquí sería importante qué es lo que entendemos por "cuerpazo" ¿músculos grandes? ¿marcados? ¿un cuerpo sano? Cuando plateamos objetivos desde el SER, nuestro objetivo podría sonar más o menos así: "Deseo ser más deportista este 2022" o "Deseo ser más atlética este 2022" o "Deseo ser más sano este 2022 a través de mi alimentación y de la actividad física".


¿Cuál es la diferencia? Cuando plateamos objetivos desde el tener, parece que efectivamente es algo que tenemos que perseguir y alcanzar, que quizá sea duro y represente mucho esfuerzo y la realidad...es que rendirnos se vuelve mucho más probable. Cuando planteamos objetivos desde el SER, nuestra mente comprende que toda la responsabilidad está de nuestro lado y que el objetivo no es un destino, sino un camino. El tener es efímero y pasajero. Cuando lo consigo...¡ya está y paso a lo siguiente! Cuando planteo metas desde el SER, se vuelve un estilo de vida, una nueva forma de SER, una actualización a mi sistema operativo mental, espiritual y emocional. Así que te invito a que este año, al plantear tus propósitos para el siguiente, lo hagas desde la perspectiva del SER y no desde el tener el hacer y notes si se vuelve más sencillo permanecer en el camino y finalmente cumplir tu propósito que lejos de ser para sólo uno más para un año, puede volverse un propósito para toda una vida.


Te deseo mucho éxito planteando tus propósitos para este año nuevo.


Con amor,






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